Ideas y desarrollos con los nuevos y antiguos conocimientos, en un ir y venir al encuentro de variantes satisfactorias por parte y para el autor.
El otro elemento participativo en la visión de la obra concluida, es el público que la contempla y observa dependiendo su valoración en los estímulos que le descubra (percepción no racional) frente a sus gustos personales primordialmente por los conocimientos adquiridos (percepción limitada racional)
Dentro de los parámetros donde se sitúa el autor a la hora de la idea y la realización de la misma,;se encuentra el propio gusto y principios; de ese personal deleite del autor y de esos principios -en mi caso búsqueda e investigación- dependerá el resultado final que tiene que repercutir en la plasmación de la obra.
Los principios en este caso personal del que os escribe es algo que se va perdiendo entre los artistas que prefieren hacer la repetición de lo ya conocido por ellos, sin arriesgarse en nuevas investigaciones, algo más pensado en y para los resultados crematísticos gananciales, con la consiguiente pérdida en cuanto a la creación desde el interior de la personalidad, para seguir unas simples pautas de mercado como vender salchichas en un puesto…..que en este caso se llama galería.
El espíritu del artista es el que tiene aportar a su obra una impronta personal, frente al arte –por llamarlo de alguna manera- más parecido a la industria de vender ladrillos, eso sí muchísimo más caros. Para estos últimos –compradores de ladrillos como elementos artísticos-recomendaría la compra de láminas para decoración evitándose la compra de obra muerta y sobrevalorada por el desconocimiento del público, teniendo que pagar desde el marco (a veces resulta más artístico los límites que el contenido) y los diferentes cánones del marchante o curator y el del galerista.
Siempre he pensado en que comprar algo por un posible rédito, no es amar, ni saber respirar el arte.
El Arte se encuentra por encima de los límites materiales y su contemplación es la que tiene que llegar al espectador mediante los sentidos conocidos y otros componentes no racionales que hacen que la obra guste o que te deje más frío que un témpano; como me viene ocurriendo últimamente con el 85 por ciento de lo que veo como “arte” en diversas galerías y salas municipales, más propios de ventas con mucha palabrerías de amigos……..más comunes de charlatanerías para ensalzar la nada presentada.
PD: Una escoba es una escoba, pero si a algún “artista con galerista de pro” se le ocurriera ponerla como arte…………¿Usted donde preferiría comprar la escoba?
La VENDIDA COMO TOTEM por el galerista o la que puede comprar en cualquier tienda y eligiendo sus características para la función de dicho elemento.?
Fíjese en el valor monetario a pagar según donde compre el objeto.
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