Buenos días desde mi remanso de paz, lugar de aislamiento del común mundanal ruido. Tantas horas entre utensilios y objetos en creación, hacen que me olvide de la monotonía del lugar; entre vacas y toros por todas las fiestas veraniegas por la comarca.
Como los llamados festejos taurinos tan prolíficos no me van y menos los entiendo en el siglo XXI, busco nuevas fórmulas para el sosiego y los resultados gráficos, que sinceramente me satisfacen más que ponerme a correr delante de astados que no me han hecho nada, y los “subidones” de adrenalina (de los que hablan los “corredores”) los dejo para cuando sean situaciones reales en que se necesiten de verdad…no por mero pasatiempo “tradicional”.
Os dejo pues con estas 2 imágenes irreales recién hechas (variaciones sobre el mismo motivo) para que vuestra imaginación vea a su manera y si lo deseáis les ponéis titulo según lo que os parezca ver en la imagen.
Mientras tenga que escuchar estupideces como : La presidenta de UPN y alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, afirmó ayer que todo el que no defienda la tradición taurina de Navarra "no defiende verdaderamente nuestra tierra", ya que sus raíces "están ligadas al encierro". (Fuente:Diario de Navarra)
Pero qué puedo esperar de gentes en puestos de poder que sueltan estas “papanochadas trasnochadas y retrógradas”, retratando su estulticia a todos los puntos cardinales…..hacer cultura por estas tierras es tan difícil como caminar bocabajo, viendo tales desarrollos de inteligencia y comportamientos en semejantes prebostes.
Hasta que no llegó esta señora de Burgos a darnos clases de lo que es un buen navarro y lo que es un mal navarro…yo sin enterarme que ahora “soy un mal Navarro” por no gustarme ese tipo primitivo de festejos taurinos, que ni entiendo, ni comprendo.
Pero por mi trabajo, he visto tanta falta de cultura en ellos-as, que ya, semejantes comentarios de señores en poltronas de esta tierra que me vio nacer, ni me sorprenden. Pero amigos lectores es con lo que tenemos que *”lidiar” desde hace años para disgusto del verdadero perjudicado: el intelecto humano.
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