Tras la excursión y recordando las piedras azules, deciros que me hizo mucha gracia el miércoles con dos personas distintas al decirles que me iba a buscar piedras azules y aunque lo entendieran a la primera…sus cerebros descodificaron algo más simple, aunque también más lejano por el sonido de las palabras y lo “raro” para ellos, de que alguien se vaya a buscar piedras azules.
No son lapislázulis ni semejantes, simplemente como os dijera en la anterior entrada, el cobre licuado paso por ellas y algo quedó impregnado de esa materia, hoy convertida en azuloide.
Os dejo con estas dos fotografías sin deciros el lugar, pero desde luego que ni me he ido a Túnez, ni a Lourdes.
Dentro de los Slides de las últimas imágenes de este año que ando preparando os dejo con este Querubín en una extraña columna.
detalle del querubín
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