Incertidumbre en el arte contemporáneo

Este editorial ilustra bien los anteriores artículos aparecidos en el blog, en especial con la carta
Atraco en el museo


Editorial del Diario de Noticias de Navarra ( 21-12-2007)
Incertidumbre en el arte contemporáneo

Desde la apertura del Museo Guggenheim en Bilbao hace ya una década, los políticos empezaron a mirar el arte contemporáneo con otros ojos; sin disimular su desconocimiento por unas propuestas demasiado vanguardistas alejadas del gusto del ciudadano, vieron en el arte y en los grandes contenedores artísticos una vía fácil por la que entrar en la modernidad. Se trataba de construir para figurar, de apostar por una cultura espectáculo rentable a corto plazo y dotar así a cada ciudad de su propio centro de arte contemporáneo como una imagen de progreso; lo de menos era el contenido, el arte en sí, los artistas; lo importante era el contenedor, lo que se ve, lo que se puede inaugurar. Desde entonces han pasado diez años y parece que Navarra a pesar de haber llegado tarde, casi la última, no ha acabado de aprender la lección. Después de varios intentos fracasados tanto del Ayuntamiento de Pamplona como del Gobierno por dotar a Pamplona de un espacio destinado al arte contemporáneo, fue el Ayuntamiento de Huarte quien se lanzó a construir, que no a crear, un espacio al que llamar Centro de Arte. Y fue esa entidad local la que se decidió a pagar el edificio y ponerlo en marcha adjudicando su gestión a una empresa privada en un polémico concurso, contando siempre con el apoyo del Gobierno de Navarra. Ahora, el Ejecutivo que no fue capaz de impulsar y liderar la puesta en marcha de un centro de arte contemporáneo se ha visto de pronto con un espacio como quien dice regalado. El Ayuntamiento de Huarte no ha esperado nada para reconocer que no puede asumir el coste del proyecto y ofrecérselo al Gobierno para que sea éste quien afronte su gestión dejando ver lo poco que le importa realmente el proyecto cultural al que ha destinado una fuerte inversión. Y el departamento de Juan Ramón Corpas no ha dejado escapar la ocasión de subirse a un tren ya en marcha al mostrarse dispuesto a asumir la gestión del Centro de Arte Contemporáneo de la localidad. Así, unos no arriesgan y otros tampoco, pero el ciudadano realmente no gana porque de alguna manera ambas instituciones han fracasado al empezar la casa por el tejado. El Centro de Arte Contemporáneo Huarte comenzó mal, lo inauguró Miguel Sanz en precampaña siendo un espacio vacío y al día de hoy nadie sabe qué va a ser de él. En lugar de arte e ideas sólo proyecta incertidumbre e interrogantes. Mientras no dé respuestas lo tiene difícil para lograr espectadores.
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