Hace mucho tiempo, en un local de Iruña (Pamplona) donde se reunían
un núcleo variopinto de personas y personajes, donde había exposiciones y
actuaciones de diversas índoles…..Un grupo de jugadores de ajedrez siempre se reunían
para sus partidas, ya pudiera haber la más Ruidera posible a su alrededor, que
ellos impertérritos, concentrados hasta decir basta…como si lo que los
circundara no existiera…Ellos solo veían su tablero, sus movimientos presentes
y futuribles….y solo un único ruido proveniente de sus jugadas sobresalía de su
silencio….unos golpes terribles en los relojes reglamentarios para detener el
tiempo de la jugada realizada.
Algunos creían tener el pedigrí de buen jugador-eso era
hasta que perdían- con mejor o peor humor dependiendo de quien fuera.
Otras veces mientras departías conversaciones y mirabas a
los jugadores, no sabías si eran personas o directamente seres en ebullición cerebral……De
alguno creo que llegué a ver un fino humillo saliendo de su cabeza recalentada
de tanto esfuerzo para hacer un movimiento.
Nunca entendí tanta pasión de apasionados y un día en tono
humorístico decidí con un texto que me inventara vacilar a tan respetables
jugadores de ajedrez..
El texto que verán a continuación fue impreso en cuartillas
y sigilosamente lo coloqué sobre el mostrador en una esquina, fue una maniobra
en la que nadie se dio cuenta…..de hecho el dueño del local cuando vio y leyó
los pasquines frunció el ceño y me preguntó si había visto a quien los dejara.
Como comprenderá el lector tire “balones fuera” al grito de si: Ha entrado un
tipo raro y los dejó saliendo sin más…y con fria parsimonia , ante la cara que
ponía al leerlo le pregunté inocentemente y como quién no quiere la cosa; de
que iban los panfletos…Como comprenderán al leerlo, el dueño lanzó algún
improperio –él también era un jugador de Ajedrez-
Luego paulatinamente fueron apareciendo los ínclitos del
juego donde no existen las fichas (menuda ofensa el día que dije fichas; pues
sepan que para ellos son piezas) y se repartieron los panfletos que fueros “digiriéndolos”
con más o menos humor……
Mientras el que os escribe se tomaba una cerveza fresca
escuchando por primera vez un pequeño alboroto en tan silenciosos señores de la
guerra sobre el tablero.
Por un día no se habían lanzado al juego, debatiendo sobre
el vacile que algún desconocido les había colado….y yo partiéndome de risa
entre ellos a cuenta de esta grandísima Tontería.
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