Digamos lectores-as que he andado bastante ocupado preparando diversos trabajos que me han sido solicitados, pero también he tenido tiempo de volver a 1891, de donde por su chocante crónica aparecida en el periódico El Reformista publicado en Cadiz, relata una de sus crónicas y según el doctor DR. JOSE RAMON DE TORRES se puede resucitar a los ahogados.....Para los incrédulos les transcribiré literalmente (como escribían entonces) lo aparecido en tal periódico:Una experiencia fortuita
Se sabe que Mr. Benjamín Franklin fue el que dio á conocer la persistencia de la vida en las moscas. Encontrándose de visita en casa de un amigo, con el cual bebía del viejo Oporto, una mosca llegó á caer en el vaso y parecía ahogarla. Sin idea preconcebida, Franklin retiró la mosca con la punta del dedo y la depositó sobre la tablilla de la Tantán» donde daba el sol. En el curso de la conversación su mirada se fijó en la mosca y la vio removerse y acabar por volar. Este hecho le pareció extraordinario á Frauklin y lo consignó en “una memoria”. Recientemente! un hecho semejante acaba de presentarse al Dr. Burggraeve», aunque en otras condiciones. A fin de desembarazarse de moscas importunas llegó a machacar algunos gránulos de arseniato de estrignina y extendió este polvo ligeramente húmedo sobre un platillo. Las moscas que revoloteaban alrededor y tocaban al plato fueron destruidas y quedaban como muertas, siendo entonces espolvoreadas con un poco do sal común (cloruro de sodio) y algunas resucitaron. ES SABIDO, que Claudio Bernard, en SUS experimentos, hizo ver que la tal sal marina es el gran excitante de la vida, á tal punto que las patas de las ranas disecadas, que no respondían á la electricidad vuelven á moverse si se sumerje la extremidad del nervio cruval en una salmuera.
Lo dicho nos conduce á hablar de los socorros de los ahogados.
Desde luego retirado el reputado muerto del agua, se le trasportará á una sala bien aireada, que tenga una luz clara. Después de desnudársele se le envolverá en una colcha impregnada de sal v fuertemente exprimida, y encima se le colocará otro cobertor seco, no dejando libre más que la cara. Se retirará la lengua del fondo de la boca, á fin de dar paso al aire se ejercerá la respiración artificial ó con cuidado se harán insuflecciones de aire sur-oxigenado y se verificarán funciones galvánicas á lo largo de los nervios respiratorios; cuando la deglusión empiece á establecerse se administrarán pequeñas cucharadas de agua en las que se habrá disuelto algunos gránulos de estrignina y se pasará á lavar con sal gruesa. Reaparecida la vida, se retiran al ahogado los cobertores, se le envolverá en lienzos secos y se le acostará. De tiempo en tiempo, se le dejará fundir en la boca un pequeño pedazo de hielo. Siendo la reacción completa, si ella traspasa el medio fisiológico (39°,5) se hace tomar al paciente un gránulo de estrignina, otro de aconitina y otro de digitalina; uno cada diez minutos próximamente.
Este es el mismo tratamiento aconsejado en el cólera asiático. No desesperemos jamás de el ultimum moriens, ni apresurémonos á decir: HA. MUERTO.
DR. JOSE RAMON DE TORRES.
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PD:)-Que disfruten de los días de fiesta
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