Cuando deseamos entrar en lo más profundo del hombre, a esos
recónditos lugares y que algunas personas han olvidado su existencia; pero para
llegar hasta allí no se necesitan máquinas, ni operaciones quirúrgicas. (De
hecho no sabrían por donde buscar, mirar y abrir para encontrar)
El hombre vive rodeado de ruidos, no hablo en el sentido
estricto de la palabra sino en un pensamiento genérico sobre el ruido como algo
que enturbia y no deja prestar atención a otras cosas. Los ruidos de la
sociedad que al igual que no dejan oír el trino de un pájaro, tampoco dejan al
ser humano; detenerse a observar algo diferente a los comunes estímulos diarios
(en muchos de los casos "pesadillas" de estímulos cotidianos)
El arte no sale de la nada, el verdadero arte está en la
suma de los conocimientos del creador, en una investigación constante para dar
un hecho único y diferencial, aunque en nuestros días muchas exposiciones más
bien son la suma de los ruidos de la sociedad expuestos al público, aunque lo
enfundan de arte "con palabrería" pocas son las exposiciones en que
el artista aporta su arte... simplemente presenta objetos cotidianos apilados o
extendidos, pero dentro del ruido común.
Lo podríamos denominar como un ensayo de publicidad o contra
publicidad según los intereses del autor y en algunos casos, por no decir
mucho: la belleza que nos representan es la belleza del típico
contenedor de basura, pero extendiendo su contenido por la galería; algunos con
eso de que dicen que el arte va parejo con la pintura también acostumbran a
manchar los detritus (dónde pone manchar los detritus, siempre pueden cambiarlo
por pintar la basura).
De acuerdo que la belleza se encuentra en todas partes: en
grande o en pequeña, sólo hay que saber encontrarla, desde una ligera piedra hasta el conjunto de
las Galaxias. Naturaleza y Cosmos…. pero esta belleza ya ha sido hecha por el Cronos.
El saber observar y ver no es tarea que se aprenda en un
curso rápido organizado; la constancia y el saber eliminar ese ruido que lo
envuelve todo en nuestra sociedad, es el que nos permite apreciar y querer el
arte que nos puede llegar a la mente
Toda experiencia nueva conlleva un trabajo, en este caso un
trabajo llamado concentración con atención en el objeto creado, tras esa
atención podremos llegar a la contemplación y de esta última acción es desde
donde el ser humano alimentará la mente y la fortificará, compartiendo entre
sus semejantes lo que la persona ha llegado a percibir desde su mirada contemplativa.
Es en esa mirada donde el silencio nos habla, nos enseña y estimula y donde el
ruido durante ese momento de contemplación queda totalmente excluido, anulado.
El arte como estímulo físico y mental, en la comunicación, y
en un sinfín de valores que nada tienen que ver con la hipocresía “artística
imperante del mercado” habitual entre el simple ornato o el vulgar detritus y
al paso que vamos a algún artistilla le faltará tiempo para regar su basura
esparcida con una buena cantidad de jugos lixiviados, dándole así a su conjunto
un poco de aroma tan triste y apestoso con la que envolver su rimbombante y
palabrera (de las ampulosas palabras con las que vende su Nemo) obra.
Es normal que se den casos en que los encargados de la limpieza de estos centros, acostumbren a limpiar y tirar algunas
de estas obras para asombro de algunos "pseudo intelectuales” y grandes
devoradores de inauguraciones o mejor dicho de los canapés y bebidas que conllevan
las selectas premiers para vip…pero que
no implica tener inteligencia, simplemente extender el plumaje –vestimenta, palabrería-
cual pav@ real.
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