
De acuerdo siempre quedan los del día 15, pero estos también van cayendo, sumiendo a la ciudad en un extraño aturdimiento, después de la vorágine vivida a escasa horas en el “relativo “tiempo, la calma absoluta retoma las calles de esta ciudad “varada” en algún agujero negro perdido en el tiempo.
El sueño ha terminado, los pájaros vuelven a trinar y la “marabunta descansa del esfuerzo……..La vida sigue…y para los incansables seres festivos, tranquilos que toda Navarra se vuelca con sus fiestas locales.




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