Lunes 23 de marzo, me he levantado antes que aparezca el Sol, como era de esperar Trinki ya no está en el Estudio, se marchó con su ligero Macuto……hasta otra visita.
Esta mañana me disculparán los lectores, pero tras jornadas tan intensas y alocadas en los diferentes planos reales e “irreales” con Trinki, éste empieza una semana de actividades diversas.
Deciros que el Estudio ha vuelto por fin a la “normalidad”, las pinturas de Trinki se han volatilizado, solo queda de su presencia los 4 libros que me trajo para leer con los ojos cerrados y una tortuga remolona que ha pasado la noche en casa pero que hoy seguirá su particular viaje.
Como el tiempo humano me apremia, os dejaré con la puerta que atravesamos el domingo por la noche, donde aprendí de un “espíritu burlón” nuevas materias desconocidas para mí y muy interesantes. La dejamos para el último día de su estancia, Trinki tenía que hablar con unos parientes de este otro lado y recoger un agua especial que le habían encargado llevar a los confines de su mundo, únicamente tras esta última puerta se esconde, manando fresquita en los subterráneos de esta nueva dimensión . ¿Utilidades? mejor no se lo digo.
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