22 de enero de 2013

Tiempo al tiempo.... (Gabriel Celaya)


Tiempo al tiempo os dije……Los que montaron su particular castillo de naipes con las cartas robadas a todos los ciudadanos navarros y repartiéndose el botín entre sus organizaciones y familias de pro. Empiezan a ser vistos como lo que siempre fueron unos impresentables tahúres enfundados de beatería perniciosa para la salud  mental de quienes los hemos tenido que padecer.


Todo bajo el mantra o nosotros o “que vienen los vascos” y con tan infantil repetición “frasil” ellos haciendo lo que les vino en gana con su característica forma de mal gobernanta “El Nepotismo”.

Tu sí…ese no. Yo cojo por aquí y a estos les doy por allá …… Menudos pájaros negros han estado robando; no ya la cosecha venidera, ellos han dilapidado lo que con tanto esfuerzo de la población teníamos en las despensas y graneros.

Sobre sus formas de censurar la cultura en este blog os lo he contado…ahora parece que tienen que explicarse de sus alargadas manos haciendo desaparecer mil millones de euros y demás chandríos hechos durante tan largos años de pesadilla…pero bendecidos por sus acólitos palmeros y ahora éstos; ensayando de plañideras desconsoladas.

Os dejo con la poesía de Gabriel Celaya: LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO, 

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.



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