Parafraseando el lenguaje periodístico: les escribo desde la
Zona Zero de Pamplona a nivel cultural. Los atentados contra la cultura cuando
se producen por “terroristas aculturales”, aunque sean políticos en cargos, quizás
sean más indignantes por ser personas que en teoría debieran comportarse de
forma civilizada ejerciendo su autoridad, que difiere totalmente del término más
apropiado para estos “seres anticulturales” aunque parecida la palabra, su
significado es más propio de las dictaduras; cuando de la autoridad pasan a
ejercer el autoritarismo saltándose las reglas de su propio juego.
Poco o nada se puede hacer ante tamaños monstruos de la (sin)razón
cuando sus compañeros de partido ríen las gracias de tan estúpidos personajes y compañeros de su particular "espectáculo circense" .
Como la imaginación y la fantasía es materia inservible para
ellos y recordando a Ayala: La fantasía abandonada de la razón produce
monstruos, y unida con ella es madre de las artes……. Parece que les falla la “liaçon”
o simplemente prefieren mostrarnos la monstruosidad de sus ineptitudes.
Pobres mentes dementes que ni siquiera ya pueden imaginar, que
consideran más un peligro acercar la cultura en todas sus formas artísticas y
abrir debates y conversaciones sobre hechos diferenciales frente a los vulgares
consabidos formulismos de tertulia como: el tiempo, cotilleos, el futbol o los
manidos Sanfermines como máximo exponente turístico de una ciudad reconvertida
a su antojo y autoritarismo que no autoridad.
Las envolturas con que la adornen, no dejan de ser
envolturas; el verdadero problema radica en cuanto se retira el bonito
envoltorio y aparece el verdadero vacío cultural para sonrojo de muchos.
De vez en cuando y para salir en la prensa local hacen algún
“juego”, más de ilusionismo vodevilesco que de inteligencia real para su particular galería fotográfica,
Pensar y hacer una verdadera labor continuada a favor de la cultura para los que ostentan el sillón
de la animadversión a un desarrollo cultural pleno desde las bases –los ciudadanos
de a pié- sin las grandilocuencias, muchas veces vacías de contenido con las que actúan, pero que
les adornan mucho por la palabrería (en el sentido más peyorativo) utilizada y
pensada.
Estos fuegos de artificio son más parecidos por las formas que
estilan a la “venta comercial” en charcutería; aunque en las charcutería
venden sus productos tangibles y estos “terroristas para la cultura”, tras sus grandilocuentes
palabras les es más fácil vender el humo, tras sus particulares conciliábulos en
camarillas.
Y lo que es peor ;cuando han tenido “contenidos” han sido
capaces en su perenne estulticia de vaciarlos hasta hacerlos desaparecer..
Bienvenidos a la ciudad cultural de Nemo, y no me refiero al
capitán del Nautilus que escribiera Julio Verne.
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