21 de diciembre de 2011

Triste cuento por navidad y la carta del actor Emilio Gutiérrez Cava

Triste cuento por navidad 

Érase una vez un lugar; donde los encargados de mejorar esa sociedad, preferían crear autómatas a personas. Para ello su trabajo consistió en ir quitando los elementos y recursos válidos dentro de la cultura del lugar.

Parecía que el pensar y el poder imaginar de sus plebeyos molestaba a estos personajes políticos en su simpleza del ordeno y mando.

Ellos preferían que la gente viera la televisión y para ello no hace más de un año dieron ayudas para que todos los del lugar pudieran comprarse una caja tonta más grande que la anterior; luego decidieron darles ayudas para que se comprarán coches más grandes que el que tuvieron…. la sociedad contenta pero encerrada en el vulgar consumismo de los mercados…y siguiendo la zanahoria que les enseñaban y que nunca alcanzarían.

El personal de la cultura encargado y puesto por la emperatriz de ese pueblo no tenían ni pajolera idea de lo que se entiende por cultura en un mundo civilizado.

Para el capitán puesto y encargado de tales menesteres en la capital del reyno; sus únicos requisitos para estar en semejante lugar y cargo era haber sido  miembro de las juventudes del partido, para después ir trepando en el destino que la gran emperatriz dijera y para que la cultura siguiera siendo un elemento sin importancia en la capital para este pueblo; con el consejero cultural  puesto  al igual que el anterior mentado su formación para este cargo otorgado le correspondía no por sus conocimientos en las materias sino  por haber sido también miembro de las juventudes del partido de la gran y malévola emperatriz regente mucho más amiga del cemento y del pensamiento único que del maravilloso mundo de las artes y de la cultura.

Cualquier parecido con la realidad….les garantizo que es real y ahora les dejo con la carta de este actorazo de la escena nacional e internacional publicada en un periódico local.

PD: La imagen del hombre y la mujer desnudos es una obra del escultor Fructuoso de Orduña que fuera colocada en un espacio público y que según las "malas lenguas" fue retirada del lugar porque en las sociedades pacatas los desnudos suelen ir contra la moralina imperante.......Pobres de estos cerebros y ojos que no saben mirar.

Carta de apoyo de Emilio Gutiérrez Caba

En este extraño mes de diciembre lleno de puentes y fiestas me llega una noticia alarmante: la Escuela Navarra de Teatro de Pamplona está amenazada de cierre. No debería sorprenderme ya nada o casi nada a estas alturas de mi vida, pero nuestros ¿administradores? cada vez me preocupan más. No saben de historia, no quieren saber de historia, no quieren aprender de los errores de generaciones enteras aferradas a la idea de ignorancia e incultura y vuelven a caer en las mismas trampas de siempre. La Escuela Navarra de Teatro, como otras muchas escuelas de teatro y de cultura, es el futuro de una sociedad mejor, menos tramposa, menos amante del dinero, más trabajadora, mas íntegra, más imaginativa, más creativa. Comprendo que a ustedes administradores les preocupe la formación de una sociedad. En la formación está la verdadera libertad, no en la especulación sino en el amor a las cosas: a la música, a la pintura, al teatro, a las artes y a las ciencias, metas hoy muy alejadas de la sociedad en la que vivimos. No se preocuparon en su momento de atajar la especulación, el compadreo, la golfería generalizada y ahora, como diría el personaje de Valle-Inclán, se ponen ustedes "estupendos" y atacan a los más débiles suprimiendo subvenciones culturales vergonzosas para un país europeo en donde hasta el futuro presidente del Gobierno pretende, al parecer, acabar con la propiedad intelectual ¡Qué visión de futuro tan alentadora! Está claro que tantos años de esfuerzos de profesores y alumnos en Navarra o en cualquier punto de España por enseñar y aprender teatro pueden irse al garete con la suspensión de una ayuda, con el cierre de un local, con el impago de una beca, pero les aseguro, señores administradores, que no van a lograr que las ilusiones de tantas mujeres y hombres se acaben, que pueden estar años manteniendo esa política soez con la cultura que suelen mantener, pero que no la callarán nunca, que volverá a salir adelante y que, cuando ustedes ya no sean nada, ella volverá a ser lo que siempre ha sido: el orgullo de un pueblo, la razón de una idea, el respeto a la vida y a los seres humanos.
Hagan que me equivoque y les pida perdón, no cierren esa escuela ni ninguna. Cierren bancos, embarguen cuentas millonarias, hagan que de una maldita vez creamos en ustedes y recuerden que la historia no olvida, que las generaciones futuras no olvidarán a quienes les perjudicaron con sus decisiones, como yo no he olvidado.

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